Los ángeles lloran

Hoy, los ángeles lloran, y llevan llorando desde ayer. El cielo se ha ennegrecido, y todos allí guardan luto, recibiendo a un nuevo vecino más. Y es que en el cielo no se espera con entusiasmo la llegada de gente nueva, para nada.

Seguramente todos lo hayáis oído, ha sido un tema bastante mediático durante el día de hoy. No paro de leer y escuchar nuevos datos, y me he sentido en la obligación de escribir sobre esto.

Christina Grimmie, una joven y muy talentosa cantante, nacida en Nueva Jersey hace tan solo 22 años, fue asesinada a tiros ayer por la noche en Orlando, al salir de su propio concierto, mientras firmaba autógrafos a los fans que se habían acercado a verla. No se sabe quién es el asesino ni por qué hizo semejante atrocidad, pero tras cometer el delito, él mismo se quitó la vida.

¿Le encontráis sentido? Yo apenas la conocía, solo había escuchado alguna canción suya, y poco más. Precisamente por eso me ha tocado tanto. No era una chica polémica, no se metía en líos, y hacía felices a miles de personas en todo el mundo. No entiendo qué razón podría haber con suficiente peso como para acabar con la vida de alguien. Creo que no hay nada. Además, teniendo en cuenta que el hombre se suicidó después, solo me queda pensar en la locura.

Me ha removido el alma, sobre todo cuando me pongo en el lugar de aquellas personas que tuvieron que presenciar la escena, incluido el propio hermano de la chica, que llegó a abordar al hombre para evitar males mayores, y de las miles de personas que la querían, y la siguen queriendo.Yo soy fan, sé lo que una persona siente por su ídolo porque yo también lo siento, y sé que ese amor es infinito, y en este caso, también lo es el dolor. A esto hay que añadir, por supuesto, a los familiares y amigos, que deben estar completamente destrozados. Y es que nadie merece morir así…

No voy a darle más vueltas al asunto, solo decir, que muchísimo ánimo y fuerza a todos aquellos que la apreciáis, que la queréis, y que la mantendréis viva en vuestros corazones para toda la eternidad.

Y es que, aunque ahora los ángeles lloren, destellean en sus ojos chispas de sabiduría eterna. Sabrán cuidarla y darla todo lo que se merece.