Cuando solo queda llorar

Cuando solo queda llorar y gritar de la rabia. Cuando solo recibo gritos e imposiciones, y cuando intento hablar y me interrumpen mucho más alto. Cuando me siento impotente porque sé de sobra que nada de lo que diga va a ser escuchado. Ahí es realmente cuando me doy cuenta de que nada va bien.

Es el momento en el que me desoriento y me pierdo. Caigo en un agujero negro del que no veo la salida, no sé volver al origen de todo. Pero para los demás… todo sigue igual.

Miro por la ventana del coche en el que voy montada, con Katy Perry sonando de fondo (do you ever feel like a plastic bag, drifting through the wind, wanting to start again?). A través del cristal mojado solo veo ese cielo oscuro que se cae por momentos. Bajo la mirada con una fuerte presión en el pecho (six feet under screams but no one seems to hear a thing). Cuando la vuelvo a levantar me fijo en mi reflejo sobre la misma ventana. Una gota lucha por adelantar a otra a lo largo de mi mejilla hasta que se pierde fuera del cristal, pero a la vez la noto realmente rodar hasta la comisura de mis labios. Nadie pregunta. Nadie habla, de hecho. Solo se oye la lluvia chocar contra el cristal.

Es inútil. No hay forma de mejorarlo todo sin volver otra vez a lo mismo. No hay forma de que os apliquéis a vosotros mismos lo que exigís a los demás. Porque es que si a vosotros os duele, provocáis el mismo efecto en los demás cuando actuáis así, y no os dais cuenta. Pensáis que sois los únicos que sentís, los únicos cuyo pensamiento es correcto. Pero a los demás también nos llaman humanos. No sienta bien hablar de sentimientos y que simplemente respondáis que vosotros estáis peor. ¿Acaso sabéis cómo me siento para tenerlo tan tan seguro?

Sin embargo, un par de horas después te diriges a mi con una sonrisa. Como si nada hubiera pasado. Como si todo fuera de maravilla. Todos sabemos que no, pero necesitamos respirar antes de la próxima tormenta.

7 comentarios en “Cuando solo queda llorar

Deja un comentario